Vivir en un mundo desequilibrado
No creo ser la única que por momentos se siente asfixiada en medio de un mundo que agoniza. Son muchas las noticias que muestran que nuestro planeta se desgasta. Estamos en un tiempo de alarmante falta de protección de los derechos fundamentales de las personas por parte de aquellos que deberían estar salvaguardando la vida y el desarrollo de los países.
De algún modo todos vivimos entre fuertes estresores, muchos provocados por factores ambientales, otros por las instituciones que deberían garantizar nuestros servicios básicos. Existen también los estresores relacionados a situaciones personales, familiares, vecinales. En Puerto Rico muchas personas todavía están manejando síntomas asociados al estrés post María y las muchas secuelas que esto ha dejado en el país.
Esta semana conversaba con la secretaria de un doctor que visité, quien me narró como perdió el techo de su casa y aún no se repone, me compartió con lágrimas en los ojos sobre su deseo de poder poner este año junto a sus niños el árbol de Navidad. Ese día pasé largo rato reflexionando en las muchas familias que en ésta Navidad no podrán encender el tradicional árbol de Navidad.
Son tiempos donde de modo particular es necesario mantener un sistema de atención del ser para recuperar fuerzas y manejar las emociones que van surgiendo en medio de las realidades que a todos nos aquejan.
Te invito a que si como yo sientes este asfixie emocional, te dediques un tiempo y puedas realizar algunas prácticas -que a mí me han hecho bien- para conectar con tu interior. Hace un tiempo descubrí que tenía que aprender a pausar de las redes, de la sobre información, del ruido. Descubrí que sacando unos minutos entre 10 y 20 para conectar con mi respiración y prestar atención a mi interior se aliviaba mi ser.
Fui aprendiendo a separarme por un momento de los pendientes y preocupaciones para estar conmigo. Aprendí a ayudarme corporalmente, relajándome al utilizar la respiración y prestar atención a mi cuerpo y sus sensaciones. Con sólo llevar mi atención a mi sensación corporal global y focalizar en mis sensaciones corporales prestándoles mi oído, comencé a descubrir que mi cuerpo hablaba y me sentía más serena luego de prestarle atención.
Esto se llama Focusing y es una herramienta desarrollada por el sicólogo Eugene Gendlig que puede traernos gran bienestar para estar en medio de lo que nos toque estar. Se trata de la pausa que nos permite tomar conciencia y escuchar una voz que brota del ser a través de las sensaciones corporales y que con solo prestarles nuestra atención hace que encontremos respuestas que la mente sola no nos ofrece.
Te invito a que te animes a aprender a estar contigo y tu ser. Súmale si deseas otras prácticas como caminar, comer un poco más saludable, descansar y te sentirás mejor. Si solo puedes dedicar un rato a conectar con tus respiraciones y sentir como está tu cuerpo hazlo y verás los resultados.
Te invito a crear conciencia de que si continuas transformando tu ser podrás seguir transformando tu entorno, tu familia y el país. Vale la pena que te atiendas y por más complicada que pueda parecer tu vida, siempre habrá un camino. El asunto es aprender a darnos cuenta de esos nuevos senderos que podemos caminar si lo hacemos desde la sabiduría de nuestro ser.
Tu espiritualidad, tus emociones, tus relaciones con los demás, tres ámbitos que en este tiempo nos toca nutrir para desde la propia integración interior vivir en medio de un mundo desequilibrado.